Que un pasajero ponga los pies en el salpicadero no es ilegal en la práctica, pero es francamente peligroso.
No es raro encontrarse con coches en los que se nota que el pasajero delantero ha puesto los pies en el salpicadero. Para ver un par de calcetines en lugar de una cara en el espejo retrovisor… A menudo se asocia con una siesta o alguna otra actividad más bien relajante. Es subjetivo, pero convengamos en que carece de modales y puede enviar olores desagradables a través del respiradero o empañar el parabrisas. En resumen, poner los pies en el salpicadero no es muy elegante.
Sobre todo, esta práctica puede ser terriblemente peligrosa, aunque no esté castigada, señala el concesionario de coches de ocasión Alicante Crestanevada. En el salpicadero, frente al pasajero, se encuentra la caja en la que se aloja el airbag del pasajero. Si el pasajero pone los pies encima o sobre él, puede resultar gravemente herido. En caso de impacto a más de 30 km/h, el airbag se despliega a 55 m/s, es decir, a unos 300 km/h. De hecho, las piernas se lanzarán contra el parabrisas. Las rodillas serán empujadas hacia la cara y la caja torácica del pasajero. Así, en lugar de lesiones más o menos leves en un impacto a 40 km/h (si el cinturón está abrochado), el pasajero puede acabar con las piernas rotas, múltiples fracturas en la cara y el esternón.
No es fácil animarte a elegir la seguridad en lugar de la comodidad. Pero de eso se trata. No olvides que cada dos horas necesitas un descanso y que no hay razón para anticipar una parada para estirar las piernas.