Aunque la herencia es, con mucho, la causa más común de la calvicie tanto en hombres como en mujeres, a veces la caída del cabello tiene menos que ver con la genética y más con factores como un desequilibrio hormonal o el estrés. El adelgazamiento del cabello puede ser uno de los primeros indicios de un desequilibrio hormonal.
Por ejemplo, las mujeres que están pasando por la menopausia o a las que se les ha diagnosticado una tiroides poco activa, o cualquier persona que experimente un acontecimiento traumático -como la muerte de un ser querido o un accidente grave- son susceptibles de sufrir la caída del cabello.
Cuando las hormonas funcionan con normalidad, regulan diversas funciones, como el apetito, el equilibrio de líquidos, el deseo sexual, la fertilidad, el estado de ánimo y, sí, el crecimiento del cabello. Esto se debe a que una hormona es uno de los más de 200 tipos diferentes de mensajeros celulares estimulantes que se originan en una glándula en algún lugar del cuerpo, como la pituitaria o la tiroides, y viajan por el torrente sanguíneo para producir un efecto en otro lugar.
¿Puede la menopausia provocar la caída del cabello?
Las mujeres producen naturalmente una gran cantidad de la hormona del estrógeno pero también una pequeña cantidad de la hormona de la testosterona. Sin embargo, a medida que sus niveles de estrógeno disminuyen durante y después de la menopausia, el efecto relativo de su testosterona aumenta. En consecuencia, la testosterona dentro de sus folículos capilares se convierte en una hormona fuerte -la dihidrotestosterona (DHT)- que puede inactivar los folículos capilares, provocando así la caída del cabello.
¿Cómo provoca el estrés la caída del cabello?
Las hormonas del estrés pueden ser igualmente perjudiciales. Los folículos pilosos necesitan un suministro continuo de oxígeno, proteínas, vitaminas y minerales para nutrir sus células. Cuando se experimenta un estrés extremo, la sangre se desvía de la piel a los músculos y al cerebro como parte de la respuesta natural de lucha o huida, por lo que los vasos sanguíneos que irrigan los folículos pilosos se contraen. La reducción resultante del flujo de nutrientes hace que el cabello pierda su brillo y se vuelva flácido y fino.
El estrés también interrumpe el ciclo de vida natural de los folículos pilosos, haciendo que entren en la fase telógena o de caída, por lo que se pierde más pelo de lo habitual. Normalmente, los folículos alrededor de su cabeza están todos en diferentes fases de crecimiento, por lo que algunos folículos se desprenden de su cabello, mientras que la mayoría están creciendo normalmente, y sólo se pierde un cierto número de pelos por día; si el cuerpo ha experimentado un evento estresante, es probable que se desprendan muchos más pelos de repente.
La pérdida de cabello de cualquier tipo se puede arreglar. Si usted sospecha que tiene un desequilibrio hormonal, o si usted está notando mucho más la pérdida de cabello de lo habitual, buscar el consejo de un médico de restauración del cabello con experiencia. Si el desequilibrio hormonal o el estrés están causando una pérdida de cabello notable, hay tratamientos que pueden detener la marea y restaurar su cabello a su apariencia más juvenil.